Tras la reforma energética constitucional de 2013, el mercado energético mexicano se convirtió en un mercado competitivo que permitió la inversión privada. Además, la Ley de Hidrocarburos, que se emitió en enero de 2015, permite que terceros no relacionados con la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) vendan gasolina y diésel. A la luz de estos desarrollos, en 2016, la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) emitió una serie de recomendaciones destinadas a fomentar la competencia en los mercados de gasolina y diésel.